Son las 23,06 del día 26 de Julio. Estoy en Beerwah, en una granja en Sunshine Coast, Australia y no dejo de pensarte.
Amo estar de viaje, amo estar viviendo este sueño, amo sentir que la vida de pronto adquiere nuevos sabores, colores y aromas. Que mis ojos y mi alma se enriquecen con cada rincón de mundo que recorro y con cada persona que conozco.
Amo estar viviendo todas y cada una de estas experiencias que tanto me están enriqueciendo, así como sentir que no estoy perdiendo mi tiempo. Me dejo llevar, fluyo con el Universo y lo que pido se me da. Me esta escuchando.
Siento que estoy donde tengo que estar, viviendo exactamente lo que tengo que vivir.
Voy creciendo, madurando, aprendiendo.
Pero todo eso, no hace que deje de extrañarte.
No fueron necesarias muchas palabras los últimos días. La distancia claramente esta haciendo lo suyo y cada vez nos siento mas lejanos, mas distantes.
Es difícil hablar de amor en tiempos viajeros.
Y no tiene que ver con diferencias horarias.
Tiene que ver con nuestras diferencias de realidades.
Porque mientras todo está siguiendo su curso, tal cual lo soñé un día. Vos apareciste cuando menos te esperaba y sin embargo no estás en todo ese curso de cosas.
Solo quiero que sepas que el amor y el cariño de este último tiempo, de alguna manera llegaron. Llega.
Que no me arrepiento de nada y que repetiría las mismas cosas si es que al final de cuentas todas me llevan a vos.
Que agradezco el tiempo que compartimos. Aunque en cantidad de días no hayan sido muchos, pero la intensidad de estos, le dio vida a todos aquellos años de tedio y silencio en los que no estuviste.
Que ojalá en un mundo paralelo, dos personas como nosotros estén viviendo la historia que hoy nosotros tenemos que dejar ir.
Que te pienso.
Que te quiero.
Que te agradezco todos y cada uno de los kilómetros que hiciste para que nos encontremos.
Que me llenaste de primeras veces.
Que me llevaste a reírme de mi misma y a descubrirme un poco mas cada día.
Que sanaste con mimos, besos y risas lo que otros habían dañado.
Que no necesitamos ser otras personas. Que todo es mas lindo y divertido cuando somos nosotros mismos.
Que no es necesario tanto preámbulo para demostrar lo que verdaderamente queremos.
Que cuando creemos que tenemos todo bajo control, en realidad no controlamos nada.
Que puedo volver a creer en lo que ya no creía, porque hay personas como vos habitando este mundo.
La angustia me invade y no puedo dormir porque empieza agosto y con él, todos esos sueños de los últimos dos meses para encontrarnos y viajar juntos, se hacen trizas en el suelo. Este suelo australiano con el que un día soñé y hoy no se si fue el que me separo de vos o el que mas me unió.
Es difícil poder aplicar en la práctica, todas estas teorías de amar en libertad sin salir ilesos, pero créeme que es una de las mejores cosas que estoy aprendiendo, estando tan lejos tuyo. Queriéndote en silencio y a la distancia. Allí donde los recuerdos mas dolorosos son todos esos que no tuvimos, por todo eso que nos fuimos.
Hoy me di cuenta de que podemos enamorarnos en meses, en días o en unas pocas horas. No hay recetas para eso y que el amor no entiende mucho de calendarios, ni de pasaportes, ni de aduanas, ni de diferencias horarias. A veces creo que ni siquiera necesita hablar el mismo idioma. No entiende de conveniencias, de cantidades, ni siquiera de personas.
El amor simplemente es.
Hoy puedo decir que fui una de las tantas, que chocó con la persona correcta, pero, las dos veces, en momentos equivocados.
Que por mucho tiempo lo busque, pero solo cuando no lo esperaba él me supo encontrar.
Decido que voy a seguir viajando.
Quizás otros amores me ayuden a olvidarte, quien sabe.
Aunque en el fondo de mi corazón, confío en que este mundo redondo nos va a volver a cruzar, pero si eso no sucede… que seas siempre, muy, muy FELIZ.
“…tantos planes vueltos espuma
tú por ejemplo tan a tiempo y tan inoportun@… “- Jorge Drexler.