top of page

REFUGIO

Foto del escritor: Paüli Farias ♡Paüli Farias ♡

📍Laguna Jakob, Bariloche 🏔️ – 01 de Marzo de 2025


Nos levantamos muy temprano para aprovechar que, hasta el viento, aún sigue dormido. Es que ir a ver el amanecer cuando estás en la montaña es de esos regalos que por nada del mundo elegirías rechazar. Hace frío, pero el aire se siente tan puro y fresco. No se escucha un alma. Todo está quieto, sereno y calmo. La ciudad quedó tan, pero tan atrás, que la vida y el tiempo parecen haberse detenido ante nosotros. Solo la luz, apoderándose minuto a minuto de todo el espacio que nos rodea, nos recuerda que hay algo que continúa en movimiento.

REFUGIO JAKOB, BARILOCHE, ARGENTINA

Este instante, único e irrepetible, está lleno de una paz inmensa que desearía que se quedara en mí por tanto, tanto tiempo. Nos quedamos en silencio, sin palabras, para no romper la magia del momento ni siquiera con el sonido de la voz. Nos alejamos un poco para capturar la imagen que ven nuestras retinas con una foto que sabemos que nunca podrá transmitir todo lo que estamos viendo y sintiendo. Sin embargo, no nos rendimos. Buscamos ese ángulo perfecto para poder registrar lo que hay frente a nosotros. Y ahí está: el techo rojo del refugio que, en unas semanas, se fusionará con la lenga, y su color se integrará a la paleta de colores que componen todo este paisaje impresionante, con la montaña de fondo y la laguna de costado. Parece implantado, pero, a la vez, tan armónico todo que pareciera que no hay manera de no considerarlo como parte de él.


Cuenta la historia que este refugio fue inaugurado hace más de 70 años, allá por febrero de 1952. Sin embargo, no hace tanto, en julio de 2017, un turista bajó de la montaña con la triste noticia de que había sido destruido a causa de un incendio días atrás. Fue así como, luego del trabajo del Club Andino y la comunidad, en abril de 2018, el refugio volvió a abrir sus puertas, pero esta vez a lo grande, con una construcción e instalaciones mucho mejores que las que había antes de ser destruido.


Es curioso cómo la palabra REFUGIO puede llegar a ser un concepto que se despliega en cada rincón de nuestras vidas. Cuántos encontramos a lo largo de nuestra existencia, y cuántos de ellos desaparecen cuando más los necesitamos.


Desde un abrazo hasta una taza de té, una palabra de aliento, de alguien que todavía cree y confía en nosotros cuando nosotros mismos ya dejamos de hacerlo.

Todo aquello a lo que llamamos calor de hogar.

Ese espacio entre tu pecho y mi cabeza cuando el mundo se vuelve un lugar hostil.

El espacio físico de nuestra casa, pero también todo aquello que entendemos por VOLVER A CASA.

Nuestras raíces.

Nuestros proyectos.

La gente que amamos.

La que supo hacerlo.

La que todavía nos sigue cuidando.

Todas aquellas personas que, ante nuestra fragilidad, hasta con el gesto más pequeño, han sabido levantar fortalezas, sin saber que estaban creando REFUGIOS para nosotros también.

Comments


Entradas relacionadas: 
bottom of page